Según cifras facilitadas por el Instituto de Métrica y Estadística Informática (IMEI) sobre hábitos y comportamientos de usuarios de software comercial, un 42% del tiempo de uso es desperdiciado en esperas innecesarias. Se trata, sin duda, de un dato revelador.
Nosotros mismos fuimos testigos presenciales de un suceso relacionado con el problema expuesto. Uno de los integrantes del equipo de un proyecto de gran envergadura, provocó un retraso de 4 horas al estar esperando la generación de un fichero que parecía no dar señales de vida. Se trataba de un momento decisivo. La tensión se respiraba en el ambiente y nadie aportaba luz al asunto. En cuanto el contratiempo llegó a nuestras manos, el diagnóstico fue inmediato:
El encargado de descargar el fichero, vía cliente gráfico SFTP, olvidó la utilidad del botón 'Refresh'. Su alegato: "pensaba que era suficiente con cambiar de carpeta". Lamentable.
Pese a lo absurdo del motivo, el incidente tuvo consecuencias nefastas y supuso una inaceptable desviación de la planificación en una de las fases críticas del proyecto. Como no podía ser de otra manera, el responsable no quedó impune y sufrió un refresco de su status laboral.
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