Estas vacaciones estaba yo en mi barco, en las aguas de Ibiza, cuando recibí una llamada en el iPhone sobre un tema de trabajo.
Un consultor de alto nivel dedicado por entero al cliente nunca descansa. Así que cogí la llamada y atendí a mi interlocutor.
Uno de los muchos proyectos que trato es de una agencia de seguros, una de las más importantes de España, que se está expandiendo por Europa y Sudamérica. Así que, como es normal, decidió hacer una inversión en IT y qué mejor que un verdadero experto de una Bigfour como yo para aconsejarles.
El proyecto fue bien. Se terminó en los quince meses normales para una migración a entornos virtuales y un cambio de infraestructura de Solaris a Windows 2003 Server 32 bits. Tan sólo había alguna cosa que no acababa de convencer a los usuarios de la Solución, sobretodo. Nada, lo típico: que va más lento, que el entorno es peor, que antes teníamos cosas que ahora han desaparecido... Poca cosa. Les demostramos por medio de un completo juego de gráficas, powerpoints y documentos que aquello no era cierto. Tenemos contratado (bueno, de becario) a un chaval que maneja el Photoshop de miedo, en la oficina.
La cuestión es que la llamada era del responsable de explotación por la parte del cliente. Estaba hecho una furia, se quejaba de que hacía más de dos meses que se había detectado un problema de espacio en disco en su sistema productivo.
El motivo es que la empresa había empezado a crecer bastante y se habían quedado sin espacio en la base de datos para que ésta siguiera creciendo. Me decía que había hablado con todos los implicados en la parte técnica y que el problema real es que no compraban más disco porque el presupuesto había sido tan ajustado que no resultaba rentable.
Esto me planteó una serie de cuestiones, qué tiene que hacer el Consultor con mayúsculas para esta clase de situaciones.
Las plantearé de la siguiente manera:
Acción: La acción habría sido tomar el teléfono y ponerme en contacto con el gerente a cargo del proyecto, exponerle la situación y decirle que aquello era una situación insostenible. Pero claro, ese gerente era yo y no era el caso.
Pro-acción: Tendría que haber supuesto que con un presupuesto tan ajustado, en lo que al proyecto se refiere, cualquier incidencia, y más de hardware, descuadraría mi margen de ventas y mi variable y, por tanto, tendría que haber sumado un remate económico por si acaso.
No-acción: Directamente no cogerle el teléfono al cliente y hacer como que aquí no ha pasado nada.
Re-acción: Hacer un reenviar de toda la cadena de mails del error técnico "sin espacio en disco" a la primera lista de correo que pille y luego echar una bronca monumental a todo el mundo por no leerse los mails. El mail con un FYI, eso sí que es sinergia.
Evidentemente un Consultor con mayúsculas, un auténtico IT Project Manager, un Gestor de los que ya no quedan tomará la opción de la Re-acción.
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